Author: Empordà SUP Tripper
•14:47


Mucho ha llovido desde la última sesión épica de surf, SUP, windsurf o lo que fuese que nos guste hacer en el mar.
Posts pesimistas tras ausencia de posts por ausencia de nada que contar y un millón de horas esperando infructuosamente.
Pero finalmente, ya durante la semana pasada, podíamos volver a mirar las previsiones sintiendo ansiedades anticipatorias. Mucho viento anunciado que en ningún momento llegué a creerme demasiado pero olas a la vista que no podían fallar si faltaba lo primero.


Sábado 10 de octubre:
Día tranquilo en ausencia total de viento. Comilona, siesta y una extraña y desmoralizante sensación de estar volviendo a la rutina de los últimos meses. Por suerte, una leve intuición me sugirió acercarme a Pals a ver como evolucionaba el mar.


Era tarde, anochecía y la perfección de las formas luchaba contra el tamaño en una sesión que podría titular “No importa el tamaño, importan los colores”.



Poco a poco el mar empezó a crecer. Algo estaba cambiando por ahí.

Domingo 11 de octubre:
Debería haber soplado Tramuntana según el tío de la tele y el becario politoxicómano de Windguru. Obviamente el viento ni olerlo. Pero el mar ofreció perfección durante toda la mañana.




Olas de tamaño medio, largas, fáciles y retardadas por un offshore poco habitual las 14h del mediodía.
Tras 3 horas en el agua, con mucha más gente de lo habitual, me retiré a por la “fideuá dominguera”.


Lunes 12 de octubre:
A media mañana una llamada me indica que “¡Pals está como nunca lo he visto!”. Al llegar, olas infinitamente largas abren a lo largo de un pico poco habitual, sin gente, sin corriente, sin frio y con offshore.


Y pienso “llegué el viernes deseando hacer windsurf y, si nada cambia, me iré sin windsurf pero brutalmente feliz”.





Dos horas de SUP en compañía de Josep y algunos surfistas, en olas que permitían mas de 5,6,7…giros con una facilidad casi incompatible con la potencia de las mismas.
Solo he necesitado 3 surfeadas para darme cuente de que teníamos delante uno de los mejores días de surf en Pals que podamos recordar. Todo era perfecto: Temperatura primaveral, sol, mar turquesa,…
Pendiente del viento, opto por una retirada y un bistec con patatas que dejo a la mitad cuando inesperadamente hace acto de presencia la Tramuntana. Hay que apresurarse, las olas perfectas de la mañana no podrán aguantar las embestidas del viento.


Armado con mi Severne Blade 4.5 y mi flamante Kode 74 empieza una sesión de windsurf inolvidable. Eso sí, rodeados de mil millones de personas.


Tamaño importante y nudos en aumento hasta ser necesario un cambio a 3.7 para terminar en un mas que lamentable estado físico pero con el equivalente a 30kg de cocaína, mezclada con todo lo mas ilegal del mundo, corriendo por mis venas y generado de forma natural.


En síntesis, 3 días aprovechados al máximo. Un regalo. 3 días que podrían haber sido la muerte si se hubiesen comportado como de costumbre. 3 días que nos hacen recuperar la esperanza y nos permiten creer que ya está todo aquí de nuevo.

Author: Empordà SUP Tripper
•14:50

“…Alguien: ¿En serio antes por aquí hacíais surf con buenas olas y windsurf con casi-huracanes?
Yo: ¡Si!...pero ahora jugamos a ponernos rollizos y surfear pseudo-olas emitiendo extraños sonidos guturales…”





Esta podría ser una conversación, por ahora imaginaria, aunque cada vez mas probable si las cosas siguen así…al menos para mí. No entran olas o no cuadran para cuando yo puedo. Del viento ni hablamos, hace meses que no olemos la Tramuntana. Hasta hace una semana lo llevaba medio bien, con cierta metódica calma modulada por la vuelta al trabajo. Ahora ya cansa demasiado.



Empeñado con vencer la ley de Murphy y demás improbables argumentos me he comprado una tabla de wind nueva. Si funciona me compraré un SUP y si esto también funciona prometo no convertirme en creyente, pero al menos habré podido disfrutar en el mar.


Mientras todo eso no sucede los fines de semana siguen regalándonos “juguetitos” con los que lanzar nuestras rutinas a la mar. Olas o pseudo-olas espontaneas que no deberían estar allí a las que tampoco les hacemos un feo cuando aparecen. Pero mientras las comilonas/cerveza/siestazas sigan ganando el pulso a las horas en la mar estaremos perdiendo una batalla que, con total seguridad, debilita nuestros cerebros.