El 15 de Agostó despertó negro, lluvioso y ausente de la fuerte Tramuntana que anunciaban todas las previsiones. A lo lejos, una marcada línea de viento no demasiado lejana nos permitía seguir siendo optimistas pero las olas seguían brillando por su ausencia.

Después de invertir nuestro tiempo en múltiple actividades para que este pasase más deprisa (desayuno, visita al WC, montar y desmontar velas,…) una brutal tormenta hizo acto de presencia dejando tras de sí la aparición de la tan esperada Tramuntana y un drástico cambio del estado del mar que progresivamente fue creciendo.

Jornada de windsurf completa de las 10h hasta las 14h.

El viento desapareció igual que había llegado pero el mar creció…creció…CRECIÓ!!!! Algunos sugirieron el efecto de la luna llena, otros la fuerza del temporal que azotaba mas al norte, en el Golfo de León, sea cual fuese la causa de tal movimiento de agua a las 17h un suave offshore convertía la expuesta bahía de la Playa de Pals en un pequeño paraíso mediterraneo, empordanés, para la práctica del SUP.

Se acerca la Luna llena y las previsiones anuncian olas y viento para los próximos días. Mientras tanto la bahía de la Playa de Pals muestra su lado más apacible y tranquilo. El mar es un lago y la Luna creciente casi llena resulta demasiado cautivadora como para no permitirnos una pequeña travesía a ninguna parte, solo en busca de asimilar todo aquello que empapará nuestros sentidos remada a remada.

No somos pioneros, Josep Parals lleva dos días acercándose a Sa Riera de noche, alimentándose de la luz de la Luna y de sensaciones.

Cuatro risas y algún flash salido de quien sabe donde perturban la imperante calma total pero a fin de cuenta es algo casi justificado…a ojos de los 4 que miran somos dos tíos en pelotas subidos encima de un grotesco artilugio a remo (…y si, era absolutamente necesario hacerlo en pelotas!).