Author: Empordà SUP Tripper
•15:43
El tamaño importa, lo saben y lo sabemos, pero ese es otro debate…



Cuando los días saben a ciudad envuelta en polvo y humedad, a cansancio, sueño y estrés es fácil terminar sintiéndote roto y enfermo. Así empezamos los magníficos días de puente que a ojos de los más optimistas apuntaban “ciertas” maneras. Por suerte, el viernes, gracias a unas ininterrumpidas horas de sueño reparador, todo tenía otro color. Lamentablemente el Mediterraneo seguía con su dichosa manía de querer ser un lago (o nosotros con nuestra dichosa manía de querer ser surfistas). Recorrimos Pals-LaFosca-Torrevalentina-Pals y nada. En fin, un fraude en toda regla para empezar.

Pero sábado sabía distinto, sabía a sábado así que nos podíamos permitir el lujo de mirar el mar con ojos de fin de semana. Ello nos dejó ver, en unas aparentemente lamentables ondulaciones, olas surfeables. Ninguna maravilla, pero menos que el frustrante día anterior.
Una de las virtudes del Stand up Surf es que te permite sacar cierto provecha a olas a las que jamás habías prestado atención. Probablemente gracias a la tremenda temporada 2008-09 dejamos de mirar ese tipo de ondulación. Pero esta vez no. Cansados de esperar y ansiosos por entrar empezamos el juego.


Eran pequeñas sí, pero eso este sábado no importa. Pequeñas, lentas, tranquilas y con buena forma. Nos permitían jugar, aprender o probar nuevas posiciones. Quien nos lo iba a decir 10 minutos antes cuando mirábamos y criticábamos con gesto burlesco los que teníamos ante nosotros.


Sintiéndonos ágiles y confiados ante unas condiciones de surf tan fáciles empezaron las chorradas encima de la tabla que me encargué de culminar con una magnifica vertical terminada en “CRACK”…cuello doblado.


¿Por qué siempre tengo que ser el tonto que hace la gracia y se hace daño? En fin, el tamaño no importa, importa el surfista.
Author: Empordà SUP Tripper
•15:27
Más de un mes ha sido necesario para que nos diésemos cuenta de que merecía la pena seguir escribiendo y solo 15 milisegundos de uno de los peores agostos que recuerdo fue necesario para entender que durante todo este tiempo no teníamos ni tendríamos nada que contar.

La invasión cansino-sombrillera se ha multiplicado por veinte este verano (cosas de la crisis dicen) y como si de una broma se tratara, el Sr, Med decidió regalarles un agosto a su medida: Mar plano, bochorno y niños pesados, un cocktail perfecto para desear vivir en un iglú y dedicarse a pescar sin cebo.



Julio terminó de un modo un tanto extraño, con dos potentes swells de SE impropios del verano, un par de tramuntanas importantes y muchos garbís fuertes. Todos creímos ver una señal, un augurio de potencia y mar durante todo el verano, pero nada más lejos de la realidad.

Los pesadísimos días de espera pronto se convirtieron en una insaciable búsqueda de sensaciones, pero la falta de recompensas nos hizo desistir. Probamos con usar una tabla de SUP a modo de wakeboard y al principio pareció divertido, después, las lumbares por los suelos nos hicieron abandonar. Barbacoas, cerveza, cenas, un Paintball, comidas....¡hasta un lamentable intento de pesca! Pero no havia forma, vivíamos en un engaño permanente basado en reinterpretaciones casi cabalísticas de los mapas de previsiones que nunca se cumplían. Yo, por mi parte, maldecía el momento en que no compré unos billetes a Marruecos o Fuerte o Kazajistan.


Entonces llegó a los quioscos la revista Surf a Vela con un report de 5 paginas de Suptripemporda....primero alegría, “somos famosos, molamos mogollón”, después vuelta a la realidad. Mirar esas fotos invernales sumidos en el húmedo verano de Pals fue terrible.

Josep tiró la toalla y juró no volver a pensar en SUP ni olas hasta que llegase el invierno, Gerard empezó a hacer cosas raras como cronometrarse remando de boya en boya y cosas parecidas y yo, marcando estilo, me puse enfermo.

Una inusual percepción del tiempo se hacia eco de nuestras sensaciones mentales. Menos días para final de agosto = vuelta a la realidad laboral = vuelta a las condiciones invernales. Y en conclusión: de que modo mas extraño se decanta la balanza cuando algo te gusta de verdad.

Y finalmente llegaron

A finales de agosto volvió el garbí, la lluvia, el descenso de las temperaturas y por fin empezaron a entrar algunas olas. Los fondos, como si estuvieran desentrenados, parecían ser lentos e inconstantes levantando las olas que en invierno hacen aparecer con tanta facilidad. Pese a ello nos lanzamos a por cada una de las olas sucias, cerronas, guarras y hasta medio buenas que fueron entrando.





Llegamos a tener una tarde y una mañana grande, bastante grande donde pude recordar lo que significa revolcón y tragar agua. Jamás esa terrible sensación de ahogo me havia resultado tan placentera.

Josep rompió su promesa y volvió a tocar el mar, Gerard abandonó el cronometro y yo dejé de pensar en la Gripe A.







Volvemos a surfear. Septiembre tiene otro color, nuestras vidas siguen otro ritmo y la realidad de días que se pierden por compromisos laborales vuelve a rondar sobre nuestras cabezas.

Gracias otoño por estar otra vez aquí.