Mucho ha llovido desde la última sesión épica de surf, SUP, windsurf o lo que fuese que nos guste hacer en el mar.
Posts pesimistas tras ausencia de posts por ausencia de nada que contar y un millón de horas esperando infructuosamente.
Pero finalmente, ya durante la semana pasada, podíamos volver a mirar las previsiones sintiendo ansiedades anticipatorias. Mucho viento anunciado que en ningún momento llegué a creerme demasiado pero olas a la vista que no podían fallar si faltaba lo primero.
Sábado 10 de octubre:
Día tranquilo en ausencia total de viento. Comilona, siesta y una extraña y desmoralizante sensación de estar volviendo a la rutina de los últimos meses. Por suerte, una leve intuición me sugirió acercarme a Pals a ver como evolucionaba el mar.
Posts pesimistas tras ausencia de posts por ausencia de nada que contar y un millón de horas esperando infructuosamente.
Pero finalmente, ya durante la semana pasada, podíamos volver a mirar las previsiones sintiendo ansiedades anticipatorias. Mucho viento anunciado que en ningún momento llegué a creerme demasiado pero olas a la vista que no podían fallar si faltaba lo primero.
Sábado 10 de octubre:
Día tranquilo en ausencia total de viento. Comilona, siesta y una extraña y desmoralizante sensación de estar volviendo a la rutina de los últimos meses. Por suerte, una leve intuición me sugirió acercarme a Pals a ver como evolucionaba el mar.
Poco a poco el mar empezó a crecer. Algo estaba cambiando por ahí.
Domingo 11 de octubre:
Debería haber soplado Tramuntana según el tío de la tele y el becario politoxicómano de Windguru. Obviamente el viento ni olerlo. Pero el mar ofreció perfección durante toda la mañana.
Tras 3 horas en el agua, con mucha más gente de lo habitual, me retiré a por la “fideuá dominguera”.
A media mañana una llamada me indica que “¡Pals está como nunca lo he visto!”. Al llegar, olas infinitamente largas abren a lo largo de un pico poco habitual, sin gente, sin corriente, sin frio y con offshore.
Dos horas de SUP en compañía de Josep y algunos surfistas, en olas que permitían mas de 5,6,7…giros con una facilidad casi incompatible con la potencia de las mismas.
Solo he necesitado 3 surfeadas para darme cuente de que teníamos delante uno de los mejores días de surf en Pals que podamos recordar. Todo era perfecto: Temperatura primaveral, sol, mar turquesa,…
Solo he necesitado 3 surfeadas para darme cuente de que teníamos delante uno de los mejores días de surf en Pals que podamos recordar. Todo era perfecto: Temperatura primaveral, sol, mar turquesa,…

Armado con mi Severne Blade 4.5 y mi flamante Kode 74 empieza una sesión de windsurf inolvidable. Eso sí, rodeados de mil millones de personas.